viernes, 30 de octubre de 2020

INGEBORG BACHMANN

   

 

Invocación a la Osa Mayor

 

 

Osa Mayor, baja, hirsuta noche,

animal de piel de nubes con ojos viejos,

ojos de estrellas,

por la espesura irrumpen relucientes

tus patas con las garras,

garras de estrellas,

mantenemos despiertos los rebaños,

pero encantados por ti, desconfiamos

de tus flancos cansados y de tus dientes

agudos y semidescubiertos,

vieja osa.

 

Una piña: vuestro mundo.

Vosotros: sus escamas.

Yo la muevo, la hago rodar

desde los abetos del principio

hasta los abetos del final,

la resoplo, la pruebo en la boca

y la agarro con las zarpas.

 

Ya tengáis miedo o no lo tengáis,

pagad en la limosnera y dadle

al ciego una buena palabra,

para que sostenga a la osa de la correa.

Y sazonad bien los corderos.

Podría ser que esta osa

se soltara, no amenazara ya más

y corriera tras todas las piñas caídas

de los abetos grandes y alados

que cayeron del paraíso.

 

 

Versión de Cecilia Dreymüller y Concha García

 De: "Invocación a la Osa Mayor"



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