Los pájaros
Ladran
los pájaros
en
el aire clausurado.
Llegan
los pájaros
con
sus plumas de gorrión
o
de gaviota.
Solamente
pájaros
arrastrando
su vuelo
detrás
de gritos y chillidos
que
brotan del desorden.
La
mañana es una piel luminosa
con
agrios perfumes
de
basurales abiertos.
Y
este Sol de ahora
es
todavía el mismo color
del
Sol que tocamos ayer:
rojo
como lengua de pájaro
ocre
como corazón de pájaro
amarillo
como hígado de pájaro
blanco
como silencio de pájaro
transparente
como muerte
de
pájaro que muere
en
medio de su canto calcinado.
Ladran
los pájaros
al
entrar
en
la quietud del viento.
Cada
punto del cielo
se
cierra como una boca amarga.
Y
este dolor de brazos
de
sopesadas vestimentas
de
invencibles zapatos
de
ojos irrenunciables
de
jugos cotidianos
permanece
en nosotros largamente:
somos
más que una rápida sombra
más
que el calor
de
nuestros pies sobre la calle:
pájaros
tal vez
de
lo terrestre profundo
pájaros
que viajan
levantando
en el pico
un
pedazo de hombre ensangrentado.
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